13 noviembre, 2008

Al fin nos conocemos


Curioso. Mi cita a ciegas con Berlín fue genial. Siempre había querido ir a la capital de las capitales para formar parte de la historia reciente de Europa. No hace tanto... Algo más de cincuenta años. Y todo sigue impasible, como antes, como ahora, renaciendo cada día, con la multiculturalidad.

Es raro, aquí, por momentos, quieres ganar dinero vendiendo salchichas en los puestos de comida rápida, traficando con el mercado de valores en la Bolsa, haciendo figuras de globoflexia o tocando algún instrumento en la calle. Vestirías y estarías convencido de tu condición de asocial fomando parte del movimiento punki. Pasarías por rastafari y bailarías reggae en el barrio judío rodeado de humo, de su humo, de mucho humo. No te importaría perfeccionar tu don de palabras en la puerta de Branderburgo y conquistar a alguna turista haciendo de guía. Estoy convencido que repartirías publicidad en un tándem por las avenidas de la ciudad -en realidad, autopistas blindadas con árboles arracimados-. Estudiarías antropología para identificar los comportamientos sociales en cada parte de la urbe, arqueología para destapar los asentamientos romanos y medievales o ciencias políticas y descubrir el placer de alzar la mano en el Reigstag...

Así es Berlín. Todos tienen su espacio. Nada es atemporal. Te abre sus puertas y se calla. Es un anfitrión que te regala las llaves considerándote hijo predilecto. Te enamora. Nuestro encuentro ha tardado, pero quedan pendientes miles de cafés, tumbadas en tus parques con la guitarra, reflexiones sobre lo que fue tu otro yo, tu otra mitad: el muro. Un placer

3 comentarios:

  1. Anónimo16/11/08

    Escribes bien boludo.
    Cristina

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  2. Qué envicia me das... Berlín es una ciudad tan especial... Qué guapo sales!

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  3. Berlín no era de nadie y era de todos. Berlín quiso ser mía por unos días, y ahora es toda tuya. Exprímela, ahora que le has quitado la corteza del prejuicio alemán, sácale el jugo que está guardado en cada uno de sus rincones.

    Con cariño un Ex-Berlinés

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