25 noviembre, 2008
El viejo muro: nueva integración
Había nevado. Y el espacio que delimitaba la ciudad parecía frágil, franqueable, inocente. Era más humano y algo más viejo. Turístico. Sin rencores. Sin alambradas. Esta vez los soldados no hacían ronda en los aledaños; de hecho se fueron hace tiempo. El frío era un enemigo mayor que cualquier ideología. Me decidí a pasear muy cerca comprendiendo tu impasividad obligada, tus murales oxidados por la fotografías, las preguntas sin respuestas, los piquetes frustados, las historias en dos: el espérame que vuelvo y el no me olvides nunca. Dividir siempre es restar. Inevitable pensar en las imágenes de otros muros como este de Berlín. Si del pasado se aprende... ¿Qué pasa con Gaza y su franja -trinchera-?
La integración. ¿Utópico? Al llegar al monumento a los judíos, entre la puerta de Branderburgo y la plaza Potsdamerplatz, el corazón deja de latir. Todo es gris, precisamente, uno de los efectos que quiso subrayar el arquitecto estadounidense Peter Eisenman. 2.711 bloques de hormigón (sin ninguna inscripción) le susurran al viandante los pormenores del Holocausto. Es una obra que te hace partícipe de la historia. Los bloques de distintos tamaños al aire libre te van secuestrando el ánimo. Agobia. Falta aire. Y allí, en una de las esquinas, la imagen, la vida, un impulso de oxígeno: dos niños judíos jugando con la nieve.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La fotogarfía de los niños jugando con la nieve es muy buena y gráfica. Estuve hace unos años por allí y sentí un agobio terrible... Como tú lo describes
ResponderEliminarBonita forma de describir los pormenores y consecuencias de la historia, pero todos sabemos que cuando las decisiones las toman unos señores con pecheras y galones no podemos esperar mas que calamidades. Como diría Groucho Marx "La inteligencia militar es una contradicción en los términos." El día que seamos capaces de ver a las personas por algo más que por las extensiones de tierra donde se dió la casualidad de que fueron a nacer, habremos ganado un paso hacia el mutuo entendimiento
ResponderEliminarGrande hermano
ResponderEliminarDel libro Berlín de Joseph Roth: "Veo una mujer en la moldura de una ventana abierta, ella misma parte integrante del muro y consumida por el deseo de libertarse del abrazo de las paredes que son su mundo." Que sensaciones puede producir un paseo por esa ciudad... Me encantó tu relato y, en especial, la fotografia en blanco y negro!
ResponderEliminarDel libro Berlín de Joseph Roth: "Veo una mujer en la moldura de una ventana abierta, ella misma parte integrante del muro y consumida por el deseo de libertarse del abrazo de las paredes que son su mundo." Que sensaciones puede producir un paseo por esa ciudad... Me encantó tu relato y, en especial, la fotografia en blanco y negro!
ResponderEliminarEres demasiado especial... No importa que estés en Brasil, nosotros en breve estaremos grabando alguno de esos proyectos que tenemos pensado. Gracias por estar allí y aquí.
ResponderEliminarSeba
Mi comentario no es tan currao como los anteriores... pero weno, te lo vuelvo a decir: las clavao con esta entrada.
ResponderEliminarMaria
Una parte de mí se quedó allí, como si nunca quisiera salir de ese laberinto. Mas de medio Karlitos Martín decidió poner de nuevo un muro y quedarse allí a vivir.
ResponderEliminarPD.- Ver de nuevo todo esto me traslada exactamente a todos los momentos que viví.
Gracias Brother