11 marzo, 2010

In memoriam

Once de marzo y en la parada de El Pozo (Madrid) hace frío. Todavía faltan 20 minutos para las diez pero el sol no da calor, no sé si quiere salir. La gente en el tren no habla, ni ríe, ni calla tampoco, sólo pasa por la vía que hace seis años le hizo despertar. El Pozo es una de esas paradas donde la vida se atomiza y la ves subir y bajar en múltiples facetas: músicos que buscan unas monedas, estudiantes ávidos de sabiduria, mendigos que hacen sonar la vieja jarra casi vacía con algo de calderilla, empresarios que guardan celosos las llaves del negocio o juglares que aprenden de memoria las penas que pasan a diario para recitarlas en tono amargo. Nunca es igual. Y desde ese 11 de marzo de 2004, cada año, el guión de mutis por el foro se repite. En un banco reformado y pintado con los colores institucionales de la comunidad, el rojo, cinco ramos de flores guardan silencio mientras esperan que el día acabe cuando antes. Los recuerdos tristes marcan. Tengo dolor. Me duele la rabia. Y de nuevo, el tren pasa de largo, como la mejor metáfora, buscando aliento en Vallecas; la siguiente parada. La vida continúa con el recuerdo de lo que queda atrás. Donde sea que estéis, Madrid no olvida.

3 comentarios:

  1. Bufff que de tiempo sin verte aparecer por aki. Que es de tu vida niño?

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  2. PEKEÑOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!
    Qué alegría saber de ti!!!! y qué descastao puedo llegar a ser...uiff Mándame un correo copn tu móvil y charlamos, no?? 1 besazo enorme

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  3. zaloette8/4/10

    En resumen, los que residimos en esta desbordante y desbordada ciudad que es Madrid, no olvidamos aquella animalada.

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