Distancia que separa dos continentes. Europa y África. Y yo, sigo enamorado de este inmenso mar de colores (quizás de la ayuda de Kapuscinski y su Ébano) y todo lo que conlleva estar bajo ese paralelo-meridiano determinado. Llevo algunos meses intermitentes por el chiringuito del blog... Alemania, su idioma y las ganas de exprimir cada palmo del Viejo Continente, me quita el tiempo necesario para fraguar experiencias miles y reflexiones tantas. En fin, que vuelvo a España por unos días para participar en el Festival de Cine Africano de Tarifa (del 22 al 31 de mayo) como voluntario y para empaparme de ella: de África.
Estaré ausente algunos días intentando traer aquí una parte de la madeja que se presentará en el Sur. Si tenéis la oportunidad, pasaros por Cádiz antes de que termine mayo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ees lo que escribes. Acabas de convertirte en África, eres esa visión cercana pero al mismo tiempo separada por kilómetros. Eres como ese espejismo que se contempla desde Tarifa.
ResponderEliminarApareces y desapareces.
Eres África.
ésto es mágia, ésto es arte...sí, el leerte sin saber cómo ni porque y ver que eres ese "Sebas" al que tanto conocí por conversaciones de otros y ratos agradables entre Cádiz y Sevilla. A parti de ahora estaré más enganchada a tu mundo, suerte!
ResponderEliminarNo sé cómo ni cuando, pero gracias por aparecer.
ResponderEliminarEn mi blog te he respondido al comentario.
Llámame y hablamos